San Cristóbal, la procesión motorizada

lunes, 21 de junio de 2010



VIEJAS ESTAMPAS   CAMPURRIANAS


San Cristóbal, la procesión motorizada


Miguel Rodríguez -Cantón

El día de San Cristóbal en Reinosa era una fiesta, sabemos que es el patrón de conductores, transportistas, taxis.

Todo comenzó a principios de la década de los sesenta y el desfile lo organizaban los taxistas de la ciudad, intervenían muy activamente los “franceses” que eran dos hermanos taxistas y diversos comercios de Reinosa, que desarrollaban la actividad, tales como Pedro Guerra, que colaboraba con su chatarrería o Cepelludo.

Casi siempre hacia muy bueno, pues acabábamos de estrenar el verano, ese día nos levantábamos un poco primero, para estar preparados y bajar a un banco que había enfrente de mi casa, porque, hacia las doce del mediodía empezaba en nuestra ciudad un vistoso desfile de coches, camiones e incluso alguna moto, que se colaba en el trayecto. Éste iba desde Cupido hasta la Fuente de la Aurora, la calle estaba llena de niños pues la fiesta se celebra el diez de Julio y ya teníamos las vacaciones estivales.

Hacia la mitad de todo el recorrido salía una camioneta con la imagen de San Cristóbal, que no podía faltar a su cita, con la que año tras año, todos los campurrianos celebrábamos su santo.

Todos los que formaban parte del acontecimiento, llevaban los automóviles engalanados con cuantas más flores y papeles de colores mejor. Yo tengo el recuerdo de un coche de la marca Renault Ondine que participaba todos los años, aunque cada año, con un color distinto en la chapa. Lo pintaban muy cerca de donde yo vivía.

Los primeros en salir eran los coches que tocaban las bocinas sin parar, uno se puede imaginar lo que era estar toda la mañana en la calle, los peatones no podíamos entendernos, y claro, cuando les tocaba el turno a los camiones, de las empresas como Cuétara, Parte, Pieles y Lanas Lázaro y construcciones Lantarón, también el garaje de Imhoff, Cepelludo, con sus guirnaldas de colores, y sus imponentes cláxones, el ruido era ensordecedor. Pero no nos importaba, el caso era estar en la calle disfrutando de la fiesta y del buen tiempo, que no es que estemos demasiado acostumbrados a ello.

Y así es como pasábamos todos la fiesta de San Cristóbal, eso sí, por la tarde noche en la plaza Sánchez Vicario teníamos una animada verbena, y hasta el próximo año….





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